Almodóvar del Campo ofrece en sus calles un paseo por la historia

Almodóvar del Campo tiene en su amplio término municipal y en sus calles un sinfín de elementos con que conquistar y apasionar a sus visitantes, especialmente en lo que a naturaleza, etnografía o patrimonio se refiere. Es interesante dedicar un amplio apartado a lo que, en su aspecto patrimonial urbano, enseña esta localidad sobrada, por otro lado, de destacables referencias históricas.

Existen restos arqueológicos no lo suficientemente estudiados que remiten a un poblamiento paleolítico que se continuó durante el neolítico (pinturas rupestres) hasta época prerromana: Cultura tartésica, cultura ibérica. Pero el asentamiento estable de población que hoy se conoce como Almodóvar del Campo es de origen árabe: “Tribus modharíes que se establecieron en la Mancha y dieron a este pueblo los nombres de Alridóvar, Almo-duevar y Al-mod-var, significando Agua-Redonda o Sitio-Redondo, indiscutible alusión a la Laguna”, escribió E. Agostini.

La primera noticia histórica de la población de Almodóvar del Campo se cree de la época del Emirato. Durante 333 años perteneció a los emires y califas de Córdoba. En el siglo IX existe "Almodóvar el Lejano", llamado así para distinguirlo de Almodóvar del Río, en la provincia de Córdoba.

A partir de la toma de Toledo (1085), árabes y cristianos se disputaban el poder de este territorio, siendo éste conquistado y reconquistado varias veces, hasta que finalmente, en el año 1212, queda definitivamente en manos de la Orden de Calatrava. Con la anexión de la Orden de Calatrava a la Corona, en tiempos de los Reyes Católicos, pasan a depender de ella el Castillo y la población.

En 1575 (durante el reinado de Felipe II), Almodóvar del Campo tenía título de villa, Cabeza de Jurisdicción, asiento de Gobernación de la Orden y Caballería de Calatrava, jurisdicción y gobierno sobre muchas villas y lugares, y el escudo de armas.

En el siglo XVII se inicia la desaparición de la Orden de Calatrava como poder efectivo, también se inició una etapa de decadencia en Almodóvar, con la aparición de plagas, hambrunas, epidemias, etc. Uno de los factores más importantes fue el abandono progresivo del Camino Real de Toledo a Córdoba como paso habitual entre Castilla y Andalucía (1799), en favor del paso de Despeñaperros.

La modernidad va llegando lentamente a Almodóvar, igual que a su entorno, durante el siglo XIX, pero no termina por imponerse hasta mediados del siglo XX, unido a los grandes cambios de la sociedad y la economía española durante los años 60. Hasta ese momento han pervivido las formas de vida tradicionales: Una economía fundamentalmente agraria y minera, una sociedad con grandes diferencias, mentalidades conservadores, fiestas organizadas en torno a los ciclos de la naturaleza...

A mediados del siglo XIX, Almodóvar empezó a resurgir: se establecieron los servicios de telégrafos y teléfonos, el primer alcantarillado de Darro, teatro municipal, construcción del cementerio nuevo, inauguración del ferrocarril (unía Almodóvar con San Quintín y Puertollano, 1898)...

El decreto de 22 de julio de 1879, dado por su majestad el rey Don Alfonso XII, eleva a la villa a la categoría de ciudad por razones expuestas en dicho real decreto, que decía: "En atención a los Gloriosos Timbres que registran su historia, la Villa de Almodóvar del Campo, así como la importancia que la misma ha adquirido por su gran aumento de población y riqueza, vengo de concederle el título de ciudad".

Los últimos decenios del siglo XX conllevan grandes cambios: la diversificación de la economía y la implantación de los sectores industriales y de servicios, cambios en las formas de pensar, el acceso a la educación para todos, la implantación de un sistema de gobierno municipal democrático, el desarrollo de los medios de comunicación, la apertura a un mundo cada vez más globalizado y tecnificado, etcétera.

Puntos de interés
El núcleo urbano de Almodóvar del Campo está poblado de pequeños tesoros culturales en forma de edificios históricos, museos e iglesias.

Paseando por la calle Corredera encontraremos un devenir de antiguas casas señoriales, entre las que destacan, por ejemplo, la casa-palacio de los Marqueses de Pacheco, reconvertido actualmente en el Centro Cultural ‘Casa de la Marquesa’. Se trata de una casa solariega que conserva en su fachada el extraordinario escudo heráldico de los Gijones. Su interior gira en torno a un patio columnado que es el eje distribuidor de la vivienda.

Asimismo, la casa-convento de La Merced, actual morada de las monjas jerónimas, es de estilo modernista y data de siglo XIX. En su fachada se emplea ladrillo y granito en sus partes decorativas. Consta de dos cuerpos flanqueados por torretas con abundante uso del arco escarzano. En su interior se abre la capilla, que tiene un retablo de estilo rocalla del siglo XVIII. El patio, destinado a claustro, presenta un piso inferior y una arcada lobulada sostenida por columnas pareadas.

Y la casa de Francisco Laso, una morada burguesa del siglo XIX en cuyo interior se conserva un patio rodeado de pilares cuadrados de granito.

La Corredera desemboca en la Plaza Mayor. Allí encontramos la secular Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. La relevancia cultural de esta construcción queda refrendada por su declaración como Bien de Interés Cultural en el año 1992. Esta iglesia nació como mezquita, y fue reconvertida después de la conquista en un templo cristiano. Su estructura, formada por tres naves y una arcada desigual de arcos ligeramente apuntados, conserva rasgos arquitectónicos de las diversas épocas que ha vivido. La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción es famosa por estar cubierta de un monumental artesonado mudéjar del siglo XV, que hace de ella una pieza única en España.

También en este emplazamiento se encuentra el Ayuntamiento, que presenta una fachada de influencia neoclásica enmarcada entre dos torres rematadas en un capitel piramidal. Inaugurado en 1928, en el salón de plenos pueden contemplarse una colección de lienzos realizados por el maestro almodovareño Palmero a mediados de siglo pasado y que representan a hijos ilustres de la ciudad.

Precisamente un poco más adelante, caminando hacia el norte, se llega al Museo Palmero. Está constituido por la colección particular de Alfredo Palmero, donde se exponen además obras de otros autores, entre los que destacan Miró, Tiziano, Felipe Coronado, y Solana. Además de la colección pictórica, también se expone una colección de artes decorativas e industriales. Para visitar el museo es preciso concertar cita a través del teléfono 926 464 004.

Muy cerquita del Museo se encuentra la Capilla de la Santísima Trinidad, un edificio del siglo XVIII que en el pasado estuvo ocupado por el Archivo municipal. Tiene una planta rectangular dividida en dos tramos, el mayor es de planta cuadrada y está cubierto por una cúpula, y el menor es de planta rectangular y está cubierto por una bóveda de cañón. En el año 1992 esta capilla fue declarada Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento.

Callejeando por la zona centro se pueden encontrar verdaderas joyas, antiquísimas, como el escudo heráldico familiar de Los Quílez. Felizmente preservado, se cree que data del siglo XVII y está elaborado en piedra caliza.

Tomando como referente de nuevo la calle Corredera y volviendo a su otro extremo, el situado más al sur, encontramos otro interesante emplazamiento, el Ejido del Carmen.

Aquí se encuentra un interesante lugar que se considera anexo al anteriormente citado Museo Palmero. Se trata de la Biblioteca Cervantina, en cuyo interior se recopilan infinidad de ediciones de El Quijote, en diversos idiomas, formatos y épocas, además de lienzos y dibujos elaborados por el pintor y relativos al personaje cervantino.

Desde aquí también se puede contemplar el Teatro Municipal, construido en 1845 sobre el lugar que ocupara el antiguo Convento de los Carmelitas. Responde al tipo de teatro a la italiana, con planta en herradura en el patio, bordeado por tres plantas sobrepuestas que ocupan la platea y los anfiteatros, y un amplio vestíbulo del que surgen las escaleras y corredores de dependencias a la sala. Fue remodelado en 1989, manteniendo la misma estructura.

Y, cómo no, la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, un templo que formó parte del referido Convento de los Carmelitas construido en 1599. Su arquitectura es carmelitana con añadidos posteriores. La base de su construcción es la piedra con hilada de ladrillo. Tiene crucero elevado y tejado a cuatro aguas, impidiendo que la cúpula se trasdose.

Las ermitas son otro referente a no desdeñar en una visita a la localidad, ubicadas todas en las diferentes salidas o entradas a la localidad.

La ermita de Santa Brígida está ubicada en el cerro que lleva su nombre, a 3 Km. al sureste de Almodóvar. Es de planta rectangular con una sola nave separada del presbiterio por un gran arco ligeramente apuntado con cubiertas de artesanados de tres paños. El arco de la nave es abierto por su cabecera con decoración estrellada en su paño central; hay otro, de forma cuadrangular que repite la misma tipología que el de la nave. Es de destacar la privilegiada vista que se obtiene desde la cima del cerro, se trata de un lugar que acoge actividades tanto de ocio y naturaleza como místicas.

La conocida como ermita del Calvario, es la ermita del Santísimo Cristo de la Columna, en la zona del antiguo camino a Puertollano. Data de mediados del s. XVIII y su estructura se compone de una sola nave formada por una sucesión de arcos ciegos, separados por pilastras toscanas que se prolongan por la bóveda a modo de fajones. Es de planta de cruz latina con bóveda de cañón con lunetos y cúpula de media naranja en el crucero.

La ermita de San Antón (San Antonio Abad), en la bifurcación hacia Puertollano y Villamayor, es de planta regular. Su presbiterio aparece separado de la nave por un gran arco ligeramente apuntado que presenta vestigios de haber tenido artesonado.

La ermita de San Isidro, en plena ruta hacia Villamayor de Calatrava, data de 1934/1935 y se asocia con las actividades de culto relacionadas con las actividades agrícolas, de importancia dado el carácter agrícola de la región.

La ermita de San José, en la salida hacia la pedanía de Tirteafuera se construyó en el s. XVII. De planta cuadrada con cubierta de madera y tejado a cuatro aguas, siendo destacable, el empleo del arco conopial en la puerta de acceso y el pórtico adosado a ésta, que se eleva sobre fuertes pilares con arcos rebajados. Está rematada por linterna y "copulín". Todo el conjunto de la cúpula está decorado por pinturas de motivos vegetales y geométricos. El otro tramo es de planta rectangular y está cubierto con una bóveda de cañón.

La ermita de San Sebastián, en la ruta hacia Brazatortas, por el antiguo camino de Córdoba, data de la primera mitad del siglo XVI y se asocia con la cura de la peste y las calenturas. Se menciona en las Relaciones Topográficas de Felipe II. Es de sencilla construcción de planta cuadrada con tejado a cuatro aguas.

Por otro lado, sobre la loma de un cerrete hacia el este se pueden apreciar las ruinas de un antiguo molino construido en el siglo XVIII cerca del antiguo castillo, de ahí que popularmente se conozca como ‘el castillo’. Al igual que los castillos de Caracuel y Calatrava, formó frontera con los cristianos casi hasta la toma de Toledo. El hundimiento y desaparición de esta fortaleza se debió a su abandono por desuso y a la extracción de sus materiales que han ido pasando paulatinamente a utilizarse de la construcción del nuevo poblamiento y edificios.

Y desde este lugar se divisa perfectamente la conocida Laguna. Se trata de una formación volcánica constituida por un cráter y el referido cerro, el cráter da lugar a la laguna y el cerro está compuesto por lava en estado sólido. Está situada en las cercanías de Almodóvar del Campo, en dirección Este, dio origen y nombre al asentamiento de la población.


Pie de Foto: Detalle de la fachada del edificio que alberga la Biblioteca Cervantina, anexa al Museo Palmero.