La Bienvenida celebrará el próximo lunes la fiesta de la Virgen de la Candela en una cita que otrora hermanara a los pastores

Iglesia de La Bienvenida.La Bienvenida es la primera de las pedanías almodovareñas en iniciar la programación festiva en el año y lo hace con el sabor heredado del pastoreo tradicional que caracterizaba este punto de inicio y llegada del trasiego trashumante de los rebaños desde la meseta castellana, entre otras localizaciones.

La cita tiene que ver con la celebración de la Virgen de las Candelas, que se celebra el 2 de febrero y que se vuelve a revivir con actividades religiosas en este enclave céntrico del Valle de Alcudia y con la imprescindible candela o luminaria, al calor de cuyas llamas se reunían antaño el gran cúmulo de pastores para comentar sus vivencias cotidianas o cómo estaba evolucionando el oraje, cercano ya el ecuador invernal y tan importante para los brotes de pastos.

Tradicionalmente la candelaria siempre ha ardido en la víspera de la fiesta grande, cuando las luces del sol menguan, hacia las 20,00 horas y se espera a que las brasas den la cara para asar sardinas o cualquier otra vianda y calentar también así el estómago.

En cuanto al día grande, el lunes 2 de febrero se desarrollará misa al mediodía para, a continuación, dar paso a la procesión por el entorno del templo bajo cuya protección se ampara este enclave histórico, en el cual se asienta el yacimiento arqueológico de Sisapo. Por la noche, hacia las 21,00 horas, está programada una verbena con la presencia de la Orquesta A Vivir, gracias a la aportación del Ayuntamiento de Almodóvar del Campo.

Haciendo un poco de recapitulación de la mano del escritor e investigador Mario Hidalga Redondo, La Bienvenida fue en la antigüedad santuario y venta y ya en el siglo XVI comienza a quedar documentada su existencia, coincidiendo seguramente según diversas fuentes con el incendio y desaparición del Eremitorio de Mochuelos, sito en el puerto del mismo nombre, al que vino a sustituir como centro religioso del Valle de Alcudia.

En las Relaciones de Almodóvar fechadas en 1575 se consignaba ya que “a cinco leguas [...] la Bienvenida, está en la dehesa de Alcudia [...] tiene junto a si una venta [...] es sitio a do se han hallado muchas monedas antiguas de romanos y otros edificios y lugares antiguos”. También se afirma que “la venta de [...] la Bienvenida que es la iglesia de la Bienvenida vale trescientos ducados”.

Como se puede apreciar, las reminiscencias de la presencia romana quedaban ya patentes hace varias centurias, de lo cual era muy conscientes los lugareños. Los restos romanos hoy catalogados como de Sisapo existen alrededor de unos afloramientos eruptivos conocidos con el nombre de los Castillejos, con muestras de haber sido fortificados.

Por otro lado y respecto a la tradición pastoril del paraje, según apunta el autor de “La Alcudia de Cervantes”, en el Capítulo General de 1652 se establecía que “en la dehesa de Alcudia aya dos Capellanes [...] que digan misa y administren los Santos Sacramentos a los Ganaderos [...] los cuales nombrará el Prior [...] que fuera de Almodóvar del Campo, de cuya jurisdicción, es ” y, aunque no nombre el sitio donde debían ejercer preferentemente estos ministerios, no hay duda de que se refiere a la iglesia de la Bienvenida, por su posición central respecto al Real Valle y ser la única que entonces existía.

El Censo de Aranda del siglo XVIII le asignaba por separado 419 habitantes en los que englobaba la población eventual del Valle compuesta por los ganaderos trashumantes que sólo estaban desde noviembre a marzo.

Los diccionarios del siglo XIX le asignaron, apunta Hidalga en www.sisapo.es, la advocación de la Purificación de Nuestra Señora, consignando la venta o mesón que continuaba  funcionando. Esta titularidad canónica es hoy día de Nuestra Señora de las Candelas, sin perjuicio de que la aldea se siga nombrando de La Bienvenida, a la que fácilmente se puede acceder por la carretera remodelada no hace mucho tiempo, que une la N-420 con Almadén.