Dan comienzo las obras de restauración de la fachada del edificio de la calle Corredera que acoge a las monjas jerónimas

 El alcalde y el presidente de la Diputación, junto a las monjas que integran la congregación jerónima almodovareña y que dirige como priora Sor Cristina. Esta semana han dado comienzo las obras de restauración y mejora de la fachada del inmueble de la calle Corredera que ocupa el almodovareño Monasterio de Nuestra Señora de las Mercedes, en el que reside una decena de monjas de clausura pertenecientes a la Orden de San Jerónimo y seguidoras de Santa Paula.

Los trabajos son fruto de las gestiones realizadas por el alcalde de Almodóvar del Campo, Vicente de Gregorio García, ante la Diputación Provincial de Ciudad Real, cuyo presidente, Nemesio de Lara, visitaba tiempo atrás el monasterio para conocer su estado y saludar a la comunidad que lo integra. Finalmente las conversaciones se tradujeron en el correspondiente convenio.

Paco Bermejo, concejal de Obras, ha explicado que el interés del Ayuntamiento por acometer estas obras radicaba en atender una reivindicación de las propias monjas, añadiendo que la pretensión es “devolver en el plazo de un mes la belleza a la fachada de un edificio tan emblemático en Almodóvar como es éste”.

Este frontal está constituida por tres cuerpos dispuestos simétricamente, formando dos cuerpos laterales enmarcados en aplacados de caliza y presididos por miradores en la planta principal. El cuerpo central consta de tres huecos sobre balcón corrido en la planta principal y huecos menores en la planta segunda. Los materiales de la mencionada fachada son ladrillo macizo en la definición de los paramentos y elementos de piedra en diversas localizaciones, tales como recercados, cornisas, acroteras y ménsulas.

Tanto las fábricas de ladrillo como los elementos de piedra no presentan deficiencias notables, únicamente se advierten en algunos puntos presencia de humedad y manchas ocasionadas por depósitos contaminantes provocados por el paso del tiempo, siendo más visibles estas lesiones en las acroteras que evacuan las aguas pluviales de la cubierta.

Los elementos que presentan mayor deterioro son los de origen férrico y metálico, que han experimentado procesos de oxidación, con presencia de manchas diversas y posible pérdida de su masa. Esta incidencia se localiza en tres puntos concretos de la fachada: en los bajantes de fundición que recogen las aguas pluviales de la cubierta y que aparecen dispuestos en cajas de la fábrica, advirtiéndose también la presencia de elementos vegetales que podrían provocar mayor deterioro; en los miradores de los cuerpos laterales realizados con elementos de hierros, que presentan también insuficiencia de la impermeabilización de sus coberturas; y, por último, en la balaustrada del balcón central del cuerpo principal, constituida por piezas de fundición.

Las obras, ejecutadas por la empresa local Hijos de Bruno González, especializada en estos trabajos, cuentan con un presupuesto superior a los seis mil euros, en el cual se incluyen los trabajos de limpieza de piedra, reparación de cubiertas de miradores, limpieza de los óxidos de la balaustrada, pintura de los elementos metálicos y reparación de bajantes.

Originalmente era un edificio de casa solariega perteneciente a la familia Boada y que fue construido en 1907, siendo donado más tarde a la Diócesis de Ciudad Real que, a través de la Fundación ‘Luisa Boada’, lo puso al servicio de la citada institución monástica.

Habiéndose realizado algunas transformaciones para adecuarlo al uso mencionado, tales como la realización de la capilla en la crujía exterior del lado izquierdo, donde cada mañana se celebra función eucarística para las monjas y el resto del pueblo que tenga a bien acercarse, el inmueble consta de un cuerpo principal articulado en torno a un patio porticado en planta baja; un segundo cuerpo que se desarrolla sobre la medianería izquierda, igualmente articulado sobre un patio y un grupo de edificaciones complementarias sobre el fondo de la parcela.